Los aspirantes a escritores de ficción a menudo se encuentran con el antiguo consejo: "Mostrar, no decir". Si bien puede parecer una regla simple, dominar esta técnica puede ser un aspecto desafiante pero crucial de la narración. "Mostrar, no decir" es una poderosa herramienta que aporta profundidad, emoción e inmersión a su narrativa. En este taller de escritura, exploraremos los pros y los contras de "mostrar, no decir", brindando consejos prácticos para ayudarlo a infundir su escritura con imágenes vívidas y evocadoras. Pros de "Mostrar, no decir" Prohibiciones de "Mostrar, no contar" Ejercicio de práctica: mostrar, no decir En Conclusión "Mostrar, no contar" es una técnica poderosa que eleva tu escritura y sumerge a los lectores en tu narración. Al usar detalles sensoriales, crear escenas evocadoras y mostrar las reacciones de los personajes, puede crear una narrativa vívida y atractiva que deje un impacto duradero. Nuestra comunidad Recuerde que siempre puede comunicarse con nosotros a través de correo electrónico o en las redes sociales: Instagram, 𝕏, Patreon.
¿Qué es "Mostrar, no decir"?
"Muestre, no cuente" es una técnica de escritura que alienta a los escritores a usar detalles descriptivos y sensoriales para permitir que los lectores experimenten la historia a través de sus sentidos. En lugar de declarar explícitamente emociones, acciones o situaciones, el escritor muestra estos elementos a través de vívidos imágenes y escenas bien elaboradas.
Involucre los sentidos de sus lectores incorporando detalles sensoriales en su escritura. Describe las imágenes, los sonidos, los olores, los sabores y las texturas que experimentan los personajes. El lenguaje sensorial le da vida a tu historia, creando una experiencia de lectura más inmersiva.
Ejemplo: en lugar de decir, "Estaba asustada", podría escribir, "Su corazón latía contra su caja torácica, y sus palmas estaban sudorosas por el miedo".
Cree escenas que pinten un cuadro en la mente de los lectores. Utilice la acción, el diálogo y el escenario para transmitir emociones y motivaciones. Muestre cómo los personajes interactúan con su entorno y entre ellos para revelar sus personalidades e intenciones.
Ejemplo: en lugar de decir, "Estaba desconsolado", podrías escribir, "Se desplomó contra la pared, con lágrimas corriendo por sus mejillas, mientras agarraba la carta arrugada en sus manos temblorosas".
Elija verbos y adjetivos poderosos que evoquen emociones e imágenes. El lenguaje fuerte agrega profundidad e intensidad a su escritura, lo que permite a los lectores visualizar la escena y conectarse con los personajes en un nivel más profundo.
Ejemplo: en lugar de decir, "El viento soplaba fuerte", podrías escribir, "El viento feroz aullaba entre los árboles, azotando su cabello sobre su rostro".
Revela las emociones de los personajes a través de sus acciones, expresiones y lenguaje corporal. Muestre cómo responden a las situaciones y permita a los lectores inferir sus sentimientos y pensamientos a partir de su comportamiento.
Ejemplo: en lugar de decir, "Estaba enojado", podrías escribir, "Sus puños se apretaron y su mandíbula se tensó mientras miraba el comentario ofensivo".
Resista la tentación de proporcionar explicaciones largas o vertederos de información sobre los personajes, los escenarios o la historia de fondo. Deja que la historia se desarrolle de forma natural a través de la acción y el diálogo, permitiendo a los lectores descubrir el mundo que has creado.
Evite expresar emociones o reacciones directamente. Confíe en sus lectores para interpretar los sentimientos de los personajes según el contexto y los detalles sensoriales que proporcione.
Ejemplo: en lugar de decir "Ella estaba feliz", podrías escribir "Ella se reía y giraba encantada, sus ojos brillaban de alegría".
Confiar en los adverbios para modificar verbos puede debilitar tu escritura y mostrar una falta de confianza en tu narración. En su lugar, elija verbos fuertes que transmitan la acción y las emociones de manera más efectiva.
Ejemplo: en lugar de decir "Ella habló en voz baja", podrías escribir "Ella susurró".
Asegúrese de que sus descripciones vayan más allá de la superficie y aprovechen las emociones y experiencias de los personajes. Haz que los escenarios y los alrededores cobren vida al mostrar cómo impactan los sentimientos y las acciones de los personajes.
Ejemplo: En lugar de decir, "La habitación estaba desordenada", podrías escribir, "Papeles y ropa estaban esparcidos por el suelo, dando a la habitación un aire de caos".
Para practicar "muestra, no digas", toma una escena de tu trabajo actual o escribe una nueva. En lugar de declarar explícitamente las emociones o acciones, desafíate a ti mismo a usar un lenguaje descriptivo y detalles sensoriales para mostrar lo que está sucediendo.
Recuerde, escribir es un viaje de mejora continua. Acepta el desafío de dominar "muestra, no digas", y sigue perfeccionando tu oficio a través de la práctica y la experimentación.
¡Feliz escritura!
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